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Recupero este artículo que leí hace algún tiempo en The Guardian y me llamó poderosamente la atención. Creo que hay que tener un gran amor a los libros para ser librera en Sudán del Sur, uno de los países más pobres del mundo según el último informe de la ONU de 2019 y con varias guerras a su espalda. Y no sólo eso, sino también porque un cuarto de su población no sabe leer ni escribir.
Awak Bior decidió abrir su librería Leaves en 2012, a pesar de parecer arriesgado pues asomaba una posible nueva guerra civil, pero le pareció que era muy necesario. Situada en Yuba, la capital del país, Awak pensó que fomentar la lectura entre los habitantes les proporcionaría una ventaja personal y profesional para el futuro.

Ella, que vivió una temporada en el Reino Unido, decidió hacer un viaje más a la capital británica, y volver con la maleta cargada de libros. Ahora, años después, su librería es referente obligado en la capital sudanesa, y cuenta con un pequeño equipo de colaboradores,

Aunque hay más librerías en Yuba, estas ofrecen libros religiosos y de texto, pero en la suya se pueden encontrar las últimas novedades de ficción, y no ficción inglesas, del este de África y de otros muchos países, mientras crea clubes de lectura y potencia a escritores locales.

Leaves tiene más clientes de sexo masculino que femenino, un real reflejo de que solo el 16% de las mujeres del país saben leer y escribir. Y también porque un libro puede costar unas cien libras sudanesas del sur, alrededor de trece euros, y las mujeres todavía tienen muchos problemas para acceder al mercado laboral.

En diciembre de 2013 una nueva guerra civil rompió la paz de Sudán y miles de personas fueron asesinadas y mas de dos millones tuvieron que huir.  Una guerra que ha durado más de seis años. Esto hace que la librería sea todavía más importante, pues supo resistir durante todos estos años. Su propietaria considera que, ahora mas que nunca, hacen falta los libros para ayudar a la población a tomar conciencia del camino que el país quiere llevar.

Ahora, con la paz firmada y con un Gobierno de unidad nacional,  Awak mira hacia el futuro. » La libertad de expresión es vital para el futuro de nuestro país. Nosotros hemos encontrado el coraje para crear un ambiente en donde la gente pueda intercambiar ideas, debatir y encontrar soluciones conjuntas. Cuando vemos a otros países que lo han logrado, nos damos cuenta de que para alcanzar el éxito hay que acceder a la información. Si la censura invade nuestro país, será un auténtico desastre»

Su próximo objetivo es intentar ampliar su librería y dotarla de un espacio para que la gente pueda leer y estudiar. «Las casas están siempre llenas de gente y es difícil encontrar un espacio en donde aislarse a leer. La electricidad es también otro gran problema, hay muchos apagones y ralentiza el estudio de los mas jóvenes, la gran esperanza de nuestro país».

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