Mira hacia atrás, y fíjate en todo lo que has recorrido.
Más de lo que hubieras imaginado.
Si en algún momento hubieses sospechado que ocurriría, probablemente pensarías que era una pesadilla.
O simplemente que a ti no.
Pero te tocó.
Y caminaste.
Siempre con paso firme y decidido.
“Si sobreviviste a una tormenta, no te molestará la lluvia”.
(Proverbio chino).