Siempre he sentido curiosidad por los lugares en donde los escritores encuentran la inspiración. Y siento que es algo que nos pasa a todos, pues ahora es una pregunta que me suelen hacer los lectores.
Me sorprende descubrir que Agatha Christie escribía dentro de la bañera, al igual que Dalton Trumbo, aunque la reina del suspense siempre necesitaba tener una manzana cerca. A Vladimir Nabokov le encantaba escribir en el coche, mientras su mujer conducía. Lo hacía en unas fichas, pues le resultaba mucho más cómodo.
La palma de oro al sitio más demandado es, sin lugar a dudas, la cama. Escritores de la talla de Proust, Joyce o Capote escribían siempre en posición horizontal. También lo hacía Valle Inclán, que nunca tuvo ni mesa ni escritorio para escribir.
Pero si algo me ha sorprendido es la elección de escribir de pie, como lo solían hacer Virgina Woolf, Wallace Stevens o el mismo Hemingway.
Hoteles o cabañas han sido otros de los rincones mas demandados. Incluso existe un hotel, el Chelsea, situado en el 222 Oeste de la calle 23rd, de Nueva York, que ha sido el elegido por diversos escritores a lo largo de los años.
¿Influye el lugar en la inspiración? Está claro que sí. A mí particularmente me gustar escribir a primera hora de la mañana, con buena madrugadora, y delante de mi mesa de madera con mis artículos fetiche que me ayudan en momentos difíciles. Aunque reconozco que en mi bolso siempre llevo un cuaderno, por si de repente me apetece escribir en otro rincón.
¿Cuál es tu lugar preferido para escribir?